Un inconveniente de estar en el escenario la mayor parte de tu vida es que con el tiempo te olvidas cómo actuar cuando estás fuera de él. No es que importe. En una vida así, nunca estás realmente fuera del escenario. Incluso caminando de tu dormitorio a la cocina no puedes bajar la guardia... Al menos no si estás en el staff de uno de los especiales de televisión más esperado de la temporada - uno co-protagonizada por ti.

Yo empecé mi carrera a la edad de tres, mi madre me obligó a entrar a un concurso de belleza para niños, una madre que ya había decidido que necesitaba ganarme la vida por mí misma. Debería haber crecido soñando en los días en que estaría fuera de ese escenario. Pero cuando entré en el centro de atención, todas las miradas estaban sobre mí y yo brillaba. Se convirtió en mi refugio y ahora, cuarenta años más tarde, mientras había días en que realmente no me sentía bien sobre tacos de cuatro pulgadas y sonriendo hasta que mi mandíbula estaba dolida, mi corazón aún latía más rápido mientras caminaba por ese pasillo.

El zumbido de una sierra ahogó el ruido de mis tacones en el piso de madera. Cogí una bocanada de aserrín y aceite, y me estremecí al imaginar que alteraciones el equipo estaba realizando remodelando la casa. De lo que había oído, no era probable que los dueños de la casa se quejen, necesitaban desesperadamente el dinero. El rumor "oficial" era un fracasado proyecto de película, pero lo que yo había oído envolvía un proyecto de bebé no planificado con la nana. Las historias del tabloide se debían eliminar, una mujer joven despedida, una esposa aplacada - todo podía volverse muy costoso.

Al pasar un joven midiendo la sala, asentí con la cabeza y dejó caer su mandíbula.

"¿S-Sra. Vegas? ¿ Jaime Vegas?"

Me di la vuelta y lo miré con una gran sonrisa que no tenía necesidad de fingir. Superficial de mí, lo sé, pero no hay mejor alza al ego como que un hombre de la mitad de tu edad te mire boquiabierto.

"Jesús, eres tú." Se apresuró a darme la mano. "¿Puedo…? Sé que es poco profesional preguntar, pero ¿Hay alguna posibilidad de conseguir un autógrafo?"

"Por supuesto. Me dirijo a una reunión ahora mismo, pero puedes conseguir un autógrafo de mí en cualquier momento. Sólo me traes algo para firmar. O si prefieres una foto... "

"Una foto sería genial."

Mi sonrisa se iluminó. "Una foto es así, entonces. Tengo algunas en mi habitación."

"Gracias. Al abuelo le va a encantar. Él es un fan de ti. Él tiene una cosa por las pelirrojas, pero eres su favorita. Todos sus amigos en la residencia piensan que estás caliente."

Justo lo que necesitaba en el primer día de un gran trabajo - el recordatorio de que segun el tiempo de Hollywood, ya estaba a una década pasada de mi mejor tiempo.

Seguí sonriendo, sin embargo. Otro minuto de conversación, y la promesa de un puñado de fotos firmadas para Abuelo y los chicos, y ya estaba fuera de nuevo.

Al acercarme a la sala de comedor, escuché una nítida voz británica chasqueando, "Porque es ridículo, eso es por qué. El señor Grady es un profesional. No va a ser objeto de burla".

Antes de que empujara la puerta, me imaginaba al hablante: una mujer con estilo, más o menos mi edad, vestida con traje y rezumbando eficiencia. Caminé dentro y allí estaba, pelo rubio corto, labios finos, delgada pero fuerte, como si la carne extra sería un signo de debilidad que no podía permitirse. Helados ojos verdes brillaban desde detrás de sus anteojos pequeños. Asistente personal de modelo A: el bulldog, diseñado para levantar el infierno en nombre de su cliente, dejándolo libre para jugar a la estrella amable, de buena naturaleza.

Frente a ella había una mujer más joven, tal vez treinta, rechoncha, con una melena larga hasta los hombros y ojos preocupados. Director de modelo C: el abrumado en el primer momento.

El comedor, como la mayoría de la casa, había sido "decorada" para dar cabida a la filmación. Los dueños de la casa habían quitado cualquier cosa que no querían dañar, por lo que el conjunto del comedor se había ido, sustituido por uno más barato. En cuanto al tipo muerto colgado de la lámpara, sospeché que llegó con la casa, y fue probablemente difícil de quitar sin un exorcismo o dos.

El hombre colgado era quizás de cincuenta años, tamaño promedio, pero con papada pesada, como si hubiera perdido un montón de peso rápido. Se balanceaba de un candelabro de cristal antiguo, superpuesto al moderno lugar. Su cara estaba moteada e hinchada, con los ojos cerrados gracias a Dios.

Yo lo miraba desde la puerta para no caer en la tentación de mirar una vez que estaba en la habitación. Después de treinta años de ver fantasmas, aprendes todos los trucos.

Éste, sin embargo, no era un fantasma sino un residuo. ¿Qué tragedia le había llevado a un extremo tan emocionalmente poderoso que la imagen quedó grabada para siempre en esta sala? La curiosidad me empapó. Lo que no me haría ningún bien. Cuando ves escenas como esta todos los días, no puede darte el lujo de parar y preguntar. Tú simplemente no puedes.

Ambas mujeres se volvieron mientras entraba. La asistente deslizó su mirada sobre mí, los labios como si alguien hubiese empujado una rodaja de limón en su boca. Le dedique una sonrisa y los labios se fruncieron más. Si ya no puedes hacer que veinteañeros giren la cabeza de hacia ti, ganar la maliciosa desaprobación de las mujeres de tu misma edad es un buen premio de consolación.

Me detuve a un pelo del hombre ahorcado y traté de no retroceder mientras su cuerpo se balanceaba hacia mí.

"Espero no interrumpir", le dije a la mujer con los ojos preocupados. "Me mandaron a hablar con la directora, Becky Cheung. ¿Imagino que esa serás tú?"

Ella sonrió y me tendió la mano. "Lo soy. Y usted debe ser Jaime Vegas. Esta es Claudia Wilson, asistente de Grady Bradford."

Estreché la mano de Cheung. "¿Debo salir y esperar hasta que ustedes terminen?"

"No, no." La desesperación tocó la voz de Becky. "Esto le concerniente a usted también. Estamos discutiendo una prueba de promoción. El Sr. Simon ha decidido que quiere que las tres estrellas digan una línea."

Claudia le lanzó una mirada dura a Becky. "Una línea específica. Dile que lo que es."

"Um... ver gente muerta."

Miré el hombre ahorcado, con un pie meciéndose más allá de mi brazo, mientras me las arreglé para dar una carcajada. "Creo que he escuchado eso antes."

Becky me miró fijamente, buscando alguna señal de que estaba ofendida. "Nosotros, el Sr. Simon, pensamos que sería divertido."

"Suena como un slogan lindo."

"Al Sr. Grady no le gustan los slogans," dijo Claudia, y luego salió de la habitación.

"Gracias," susurró Becky. "Esto no es tan fácil como yo pensaba. Todo el mundo lo está tomando muy..."

"¿En serio? Estamos tratando de levantar al fantasma de Marilyn Monroe. Si eso no grita emociones mezquinas, ¿Qué significa? Estoy en ello para la diversión." Sonreí. "Y la oportunidad de pasar una semana en un barrio como éste".

"No todo el mundo esta tan entusiasmados con esa parte. Creo que vamos a perder a Starr Phillips".

"Me han dicho que no estaba contenta con la arreglos de la vivienda."

"Sé que es inusual, pero el estudio esta sobre nosotros para reducir el presupuesto. El Sr. Simon considera que sería la forma más eficiente de manejar el preshow de grabaciones. Poner a tres de ustedes en una casa alquilada en Brentwood, a una cuadra de la casa de Monroe, donde podemos hacer todo el trabajo con los medios de comunicación y el preshow de una sola vez." Un miembros del equipo le hizo señas desde la puerta."Woops. Tengo que correr. Aquí está su horario de la tarde, sólo entrevistas con los medios de comunicación y…"

Mi celular sonó. Me di cuenta de quién por el tono de llamada, y estoy segura de que hice una sonrisa de una niña de cuatro años más que de una mujer de cuarenta y cuatro. Le hice señas a Becky que sería solo un segundo, entonces le dije a la persona que llamo que le hablaría enseguida. Cuando colgué, Becky me dio unos diez segundos de resumen sobre las obligaciones de mi tarde, y me pasó el horario. Luego fui corriendo a la puerta lo más rápido que mis sandalias de plataforma podrían llevarme. Tacones de cuatro pulgadas no se hacen para nada más rápido que una pista de paseo, pero les empujé a una marcha rápida, inspirando una mirada de alarma de dos obreros que pasaban.

Me dije a mi misma que Jeremy tenía que coger un avión, pero incluso si no lo tuviese que hacer, yo todavía tenía prisa.

Sé que debería tener más amor propio. Más dignidad. A mi modo de ver, sin embargo, es karma devuelto. Siempre he sido la que lideraba la persecución, inspirada en la poesía del mal amor, estableciendo aros cada vez más altos, entonces cuando yo me aburría, los mandaba a bailar el vals. Ahora, supongo que alguna fuerza cósmica había decidido que era tiempo para mí de hacer el ridículo.

Me había tomado una gran oportunidad para pedir a Jeremy que se uniese a mí por la semana.

Éramos - a pesar de mis esperanzas - sólo amigos. Luego, hace unas semanas, habíamos estado hablando del show y, después de unos pocos tragos, el vino segó fácilmente. Para mi sorpresa, él dijo que sí. Ahora volaba tres mil millas sólo para verme. Eso tenía que significar algo.

El patio daba lugar a terrazas a cielo abierto llena de arriates perennes, glorietas, árboles ornamentales y estatuas. Mientras trotaba a lo largo del camino de losas, arrollada alrededor de una fuente, un estanque y dos estatuas de gran tamaño, me pregunté si un rastro de migas de pan habría sido prudente.

Por último, lo suficientemente lejos de la casa al paso mentalmente fuera del escenario, me encontré con un banco de madera. Jeremy respondió después del primer llamado.

"¿Te he encontrado en un mal momento?," preguntó.

"No, yo apenas estaba ocupada en mi agenda para el día. Principalmente entrevistas además de algunos meets and greets , culminando, por supuesto, en la fiesta de bienvenida esta noche, para la cual, hombre afortunado, llegarás justo a tiempo. Espero que estés listo para jugar de escolta de fiesta."

Me detuve para tomar aliento. El silencio llenó la pausa, y me contraje de dolor y me golpeó a misma mentalmente. ¿Jeremy en una fiesta de Hollywood? Él prefiere enfrentarse contra una manada de lobos hambrientos.

"Sólo estoy bromeando", le dije. "Sé que estarás con síntomas del jet-lagg, y estoy segura que tú no tienes un esmoquin…"

"Sí. Y esta embalado. La fiesta no es un problema, Jaime..."

Cuando él dejó la frase incompleta, mi corazón comenzó a golpear.

"Los bebés están enfermos. Es sólo un resfriado, pero es su primero…"

Un grito ahogado que era menos como el llanto de un bebé enfermo y más como el rugido de un león herido. Yo reconocí a Katherine, uno de los gemelos de catorce meses de edad de Clayton, su hijo de crianza.

"Jesús, pobre Kate," le dije. "Suena mal."

Jeremy se echó a reír. "Ella no es la que está peor, en realidad. Es Logan el que lleva la peor parte. Por supuesto, no se queja, pero está muy dispuestos a dejar que ella exprese su indignación en su nombre."

"¿Cómo lo lleva Clay? Me atreví a preguntar."

"Digamos que no lo está haciendo más fácil. Nosotros usualmente no solemos coger resfriados, así que él está preocupado. Estoy seguro de que no es motivo de alarma, pero..."

Dejó la frase apagarse. Yo comprendía su preocupación. El aumento de la inmunidad en los hombres lobos significaba que las enfermedades eran poco comunes, así que incluso un resfriado sería preocupante. Si la situación se agravaba, Clay y Elena no podían solo ponerse hechos un manojo de nervios e ir hacia la sala de emergencias, o los médicos podrían descubrir que habían llevado a algo mucho más alarmante que un virus del resfriado. Jeremy no era médico, pero él era el médico experto de la Manada y lo necesitarían allí. Aún más importante, él querría estar allí.

"Quédate," le dije. "Podemos hacer esto otra vez."

"No, estoy yendo, Jaime. Voy a estar allí tan pronto como pueda, espero que mañana."

El corazón dio un pequeño vuelco. "Bien. Entonces cuida de esos bebés, diles a todos que dije hola y yo te pondré al corriente en la mañana. "

Cuando salí fuera, yo cerré los ojos, escuche el canto de los pájaros y el susurro de los setos, y dejé a los retazos de decepción flotar. Para mi sorpresa, sólo algunos retazos. Si Jeremy hubiese hecho alguna otra cosa, no sería el hombre que había corrido a una velocidad vertiginosa con quien hablar. Familia - y las responsabilidades familiares - van primero, y eso estaba bien para mí, porque yo sabía que sus prioridades no iban a cambiar, independientemente de la forma que nuestra relación podría adoptar.

Los pájaros se habían ido en silencio, su canción sustituye por el suave susurro del viento y el tintineo de distantes carillones. Miré a mí alrededor como mientras me levantaba.

"¿Hola?" dije.

Alguien me tocó el brazo. Me rodé, pero no había nadie. Me froté en ese lugar. Probablemente una mariposa rozando. No sería un fantasma - con ellos sólo tengo vistazos y sonido, sin contacto.

Miré el calendario de Becky me había dado. Tres entrevistas más.

Dedos me cogieron la mano libre. Resistí el impulso de dar un tirón de distancia, miré hacia abajo. Nada. Sin embargo, yo podía sentir la sensación inconfundible de una mano sosteniendo la mía.

Mis entrañas se congelaron. Esta era la forma en que había comenzado con la Abuela. Toda una vida de ver lo que no debería estar allí y, finalmente, se empezó a imaginar lo que sabía no podía estar allí. Eso es lo que le sucede a los nigromantes, y eso es lo que soy, lo mismo que mi Abuela.

Como la mayoría de poderes sobrenaturales, la nigromancia corre en la sangre. A menudo se salta una generación o dos, pero en nuestra familia nadie está a salvo. Vemos y oímos a los muertos, y son implacables en su búsqueda de ser oídos. Quizás haya aprendido una manera de sacar provecho de mis facultades, pero si pudiera estar libre de los fantasmas, yo lo dejaría en un latido de corazón y saldría del paso como cualquier otro artista en el negocio. Mejor eso que todo este largo, maldito camino que termina en la locura.

Los dedos se deslizaron de mis manos. Mantuve mis ojos cerrados.

Tiempo atrás, una vez había tenido un fantasma que había sido capaz de tocarme. No tomó mi mano, sin embargo. Me había hundido sus colmillos en el cuello y casi me mata, y todo porque ella no podía hacer contacto de la forma normal. Típica vampiro, piensa que el mundo existe para servirles.

Pero la oportunidad que me encuentre otro vampiro muerto era remota. Muy rara para empezar, son tan poco frecuentes en la otra vida que había encontrado sólo cuentos antiguos sin confirmar de nigromantes que se habían puesto en contacto con uno. Si un vampiro ya está muerto cuando camina en este mundo, ¿A dónde va uno de ellos cuando pasan a la siguiente?

De alguna manera Natasha había arañado su camino de regreso y se puso en contacto conmigo, contacto físico, como este fantasma había hecho ahora. Me froté el lugar en el cuello y lancé una mirada nerviosa alrededor.

Dejé que mi mente pasara a estado de semi-trance lo que me permitiera ver fantasmas demasiado débiles o sin experiencia en el pase hacia el mas allá. A mí alrededor, todo parecía quedarse quieto, el sonido de viento débil y distante, el jardín borroso.

"¿Hola?" Le dije. "¿Hay alguien aquí?"

Yo seguía girando y gritando, pero nadie respondió. Un batido fuerte de mi cabeza y yo estaba de nuevo en la tierra.

"¿Sra. Vegas?"

Di vueltas a la vez que el guardia de seguridad se asomó de un seto.

"No fue mi intención asustarla. ¿Está llamando a alguien?

"En realidad, sí," dije con una sonrisa triste. "Estoy perdida sin esperanza."

Se echó a reír. "Este lugar es un laberinto, ¿Verdad? Vamos entonces, y voy a llevarla de regreso"